¿Es la movilidad sostenible una utopía o una opción real? Las viejas tecnologías y tipos de energías son cada vez menos sostenibles para las sociedades, las industrias y el planeta. El orden mundial es cada vez menos justo y, por ese motivo, problemas como la pobreza energética, la desigualdad económica y de oportunidades, deben abordarse prioritariamente.
Para que el cambio en la movilidad sea viable, es necesario tener una visión holística de los problemas que permean la sociedad actual. La desigualdad social, la calidad de vida, la desigualdad de oportunidades, el acceso a la educación y al transporte son aspectos a evaluar para conseguir una movilidad sostenible.
En este contexto, las empresas enfocadas en objetivos de movilidad con carácter sostenible pueden convertirse en un vehículo para resolver algunas de las cuestiones planteadas.
El reto de la sostenibilidad: cómo afrontarlo desde la empresa
A las empresas se les dice constantemente que deben alcanzar ciertos estándares de diversidad, sostenibilidad y crecimiento económico. Pero en ocasiones, las soluciones que quieren tomar no son adecuadas, por eso requieren ser vistas desde un enfoque diferente.
Los clientes son más conscientes de estos problemas. Según el estudio "EY Future Consumer Index", de la multinacional de servicios profesionales EY (Ernst & Young), más del 50% de los encuestados dejaría de comprar los productos de una empresa que emprendiese una acción social o medioambientalmente inapropiada. Por lo tanto, para saber cómo atajar y abordar estos problemas, el primer paso es comprender cuáles son sus prioridades:
- Igualdad: justicia social, diversidad cultural, autonomía, bienestar de la comunidad, apoyo a la economía local o transporte mejorado.
- Medioambiente: programas para la mejora de la calidad del aire, reducción del desperdicio, mayor eficiencia del reciclaje o minimización de la huella de carbono.
- Economía: expansión de los negocios, desarrollo de la fuerza de trabajo, mejor planificación de la infraestructura, apoyo al emprendimiento y planes de acción por el clima.
Basándonos en la comprensión de este sistema de valores, la empresa puede tomar decisiones que le conduzcan a actuar en consecuencia, alineándose con las expectativas de la sociedad y de sus empleados. Hay muchas formas de conseguirlo.
Ejemplos de movilidad sostenible
Los vehículos eléctricos privados pueden ser una buena solución para abordar la contaminación y algunos de los problemas económicos, debido a un menor mantenimiento y un uso más económico (por ejemplo, la electricidad es más eficiente que el gas, como recurso). El problema que plantean es que requieren altas inversiones y, por tanto, no son viables para sociedades más carentes, lo que conduce a una mayor desigualdad.
El transporte público también requiere de una inversión considerable. No todo el mundo tiene la ventaja de vivir cerca de una parada, allí los precios inmobiliarios son más altos. Nuevamente, encontramos la desigualdad que se presenta en forma de un menor acceso al transporte, lo que deriva en menos oportunidades de empleo. Es talento que pierden las empresas y dificultades de lograr un buen trabajo y un salario digno para quienes buscan un trabajo.
Lo mismo sucede en relación con la accesibilidad. Cuando las personas presentan algún tipo de discapacidad no siempre pueden desplazarse sin problemas hasta dónde se proponen. Una vez más, puede ser el mejor perfil para un puesto, el que se queda sin tener siquiera la posibilidad de llegar a la entrevista de selección.
Por otro lado, en el caso de las bicicletas, aún quedan retos por superar para que esta modalidad sea viable. No todas las ciudades tienen carriles especiales para bicicletas o cuentan con una infraestructura adecuada para el desplazamiento seguro. Además, la desigualdad también está presente en este medio de transporte, ya que las personas con limitaciones físicas no pueden adherirse a esta solución.
Afortunadamente existe una solución. Las empresas pueden proporcionar y respaldar el transporte a pedido. La movilidad sostenible se aplica a los servicios de traslado diario al trabajo que satisfacen las necesidades de igualdad, economía y medioambiente: los tres pilares de la sostenibilidad.
- Igualdad. Brinda un mejor acceso al transporte para todos los empleados, lo que reduce la igualdad y la necesidad de transporte privado.
- Economía. Puede hacer que las empresas ahorren mucho dinero, al igual que los empleados, evitándoles la necesidad de pagar gasolina, aparcamiento, mantenimiento, seguros y otros gastos.
- Medioambiente. Reduce la contaminación. Un solo autobús puede sacar de nuestras carreteras hasta 50 coches.
La movilidad sostenible ayuda a tejer una red y a crear una mejor sociedad, es clave en el impulso de las relaciones interdepartamentales entre trabajadores y barrios, aportando un extra de valor social al servicio. Por ello, el transporte corporativo es un aliado en la búsqueda de un transporte más sostenible. BUSUP es una solución que, además de aportar beneficios a los empleados, también aporta valor al resto de pilares de la movilidad sostenible.