El impacto de las empresas sobre el medioambiente representa una parte importante de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Entre otras cuestiones, la importancia de introducir el transporte sostenible dentro de las políticas de RSE y poner en marcha prácticas que ayuden a las compañías a reducirlos, es clave para garantizar el futuro de la movilidad sostenible y el bienestar de nuestro planeta.
Se trata de una situación que requiere de una sólida apuesta de las corporaciones por el transporte sostenible; si se quieren alcanzar los objetivos de sostenibilidad planteados por los diferentes organismos internacionales.
En este sentido, la Comisión Europea ha fijado 2030 como la fecha límite para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en al menos un 55% en comparación con los niveles de 1990 y lograr, así, la tasa cero en 2050, como parte del Pacto Verde Europeo. En España, por ejemplo, el sector del transporte produce un 27% de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Por tanto, para lograr estas metas, las empresas deben poder obtener electricidad 100% renovable a un coste razonable. Muchas, ya están trabajando en ello. Es el caso de más de 300 empresas, incluidas Apple, Facebook, Google e Ikea, que se han comprometido con las energías limpias en el marco de la iniciativa RE100. O de Volvo, que anunció recientemente que todos sus coches desde 2019 serán eléctricos o híbridos.
Ahora bien, aparte de las compañías de transporte y automoción propiamente dichas, cualquier empresa tiene en su mano la capacidad para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Las corporaciones, a través de la concesión de incentivos a sus empleados pueden favorecer el transporte sostenible, el cual tiene una influencia muy significativa para reducir las tasas de conducción y las emisiones de CO2.
¿Por qué deberían preocuparse las empresas por fomentar el transporte sostenible?
Se trata de una cuestión de conciencia corporativa, es cierto. Sin embargo, los estudios ponen de manifiesto que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), a nivel de sostenibilidad, tiene cada vez un mayor impacto en los resultados de las compañías. ¿En qué sentido?
- Ahorro económico. El ROI de las inversiones financieras en medio ambiente también puede computarse por la reducción de costes en energía o tratamiento de residuos, según un trabajo para la Harvard Business School. Por ejemplo, IBM rebajó su consumo eléctrico en 6,4 mil millones de kilovatios-hora entre 1990 y 2013. Esto le generó un ahorro de 513 mil millones de dólares. Mientras, Walmart logró reducir en 200 millones de dólares anuales su gasto gracias a sus esfuerzos de reducción de residuos.
- Consecuencias económicas del incumplimiento de los objetivos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). La adopción de medidas ambientales, por parte de las empresas, contribuye a que la organización esté preparada para futuros cambios legislativos que exijan una mayor protección medioambiental. Por ejemplo, la Ley de Información No Financiera (11/2018) obliga a las compañías de más de 250 empleados, desde 2021, a incluir en su informe de cuentas un estado de información no financiera. Su incumplimiento puede desembocar en mayores requisitos, multas, impuestos o provisiones de capital.
- Reputación e imagen de marca. Las acciones de RSE también contribuyen a reducir el impacto negativo que una mala praxis puede generar en la reputación de la firma. Es el caso de Nike o Coca Cola, que fueron duramente criticados por contaminar o agotar el agua local y han puesto en marcha iniciativas de conservación. Gracias a estas medidas, han mejorado su imagen de marca y se han situado en una posición aventajada para estos futuros cambios.
- Atracción y retención de clientes: El auge y el apoderamiento de internet y las redes sociales han creado un nuevo perfil de consumidor. Se trata del consumidor consciente, capaz de discriminar sus compras en función de los principios y valores de la firma. Como pone de relieve un estudio de Nielsen, los consumidores tienen cada vez más en cuenta los atributos de sostenibilidad de un producto en su comportamiento de compra. De hecho, el 73% aseguran que están dispuestos a cambiar de marca para reducir su impacto medioambiental. Asimismo, como puntualiza el estudio Good Purpose Study, el 57% de los consumidores recomendaría una marca sostenible.
- Motivación de los empleados. Otro de los beneficios de incluir políticas de sostenibilidad en las empresas es el aumento de la motivación e implicación de los trabajadores, según evidencia el informe Desarrollo sostenible en la PYME española, del Consejo General de Economistas. De igual modo, la RSE contribuye a la atracción y retención del talento a todos los niveles. Así, un estudio desarrollado por David Montgomery y Catherine Ramys para la Universidad de Santa Bárbara, sostiene que el 97,3% de los futuros líderes empresariales aceptaría un sacrificio económico en su salario a cambio de trabajar para una compañía que incluya la sostenibilidad en los objetivos comerciales. En España, por ejemplo, el 90,3% de los profesionales quiere trabajar en compañías socialmente responsables, de acuerdo con el Índice de Confianza Laboral de PageGroup.
¿Qué opciones tienen las compañías para implementar soluciones de transporte más sostenibles para sus empleados?
En este camino por la protección medioambiental, el transporte sostenible se configura como una opción accesible para cualquier empresa, independientemente de su tamaño o sector de actividad. Cabe recordar que los vehículos de un solo ocupante (SOV) causan el 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De este modo, poner en marcha políticas internas que favorezcan un sistema de desplazamiento más sostenible es una oportunidad para aportar un importante granito de arena en la protección medioambiental. ¿Qué posibilidades tienen las empresas para implementar soluciones de transporte sostenible?
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Reducir el uso individual del transporte
- Incentivar el uso de vehículos de alta ocupación. El Mass Transit (transporte público, lanzaderas o camionetas, carpooling, etc.) es una solución muy sostenible y rentable, cuando está disponible. Cuando no, los servicios de transporte corporativos son una alternativa respetuosa con el medio ambiente, además de ser rentable y ofrecer un valor crítico como beneficio para los empleados. Después de la pandemia, los trabajadores se han vuelto cada vez más conscientes del coste de los desplazamientos en su calidad de vida y el impacto medioambiental de conducir solos al trabajo. Es más, el 21% de los españoles viajaría, incluso, hasta 60 minutos de más a cambio de un trayecto más sustentable, según una reciente encuesta. Por eso, esperan que sus empleadores ofrezcan soluciones sostenibles de traslados al trabajo para volver a la oficina. Al mismo tiempo, el transporte corporativo es una poderosa herramienta para incentivar a los empleados a realizar su regreso a la oficina y cumplir con los objetivos corporativos de sustentabilidad.
- Implementar la tecnología de transporte adaptada a la demanda (DRT). Con la tecnología DRT, las rutas y los tamaños de los vehículos se pueden optimizar constantemente para garantizar la máxima ocupación del vehículo, reduciendo así las emisiones y los costos. Esto se ha vuelto cada vez más importante después de la pandemia y tras la generalización del trabajo flexible. Cuando los empleados no acuden a la oficina a diario, es importante poder pronosticar con precisión qué tamaños de vehículos y paradas son necesarias para cada día. Gracias a esta tecnología, en BusUp hemos podido reducir hasta un 40% el costo total de operación para nuestros clientes en todo el mundo.
- Adoptar servicios de movilidad compartida. Ser sostenible no debería significar ser más caro. Cuando se implementa un servicio de transporte para los empleados, es poco probable que pueda alcanzar el 100% de ocupación en todas las rutas. Sin embargo, lo más probable es que los empleados de empresas cercanas estén interesados en utilizar los asientos vacíos y pagar un buen precio por ellos, lo que reducirá los costes y hará que las rutas sean aún más sostenibles. Gracias a nuestro modelo compartido, en BusUp hemos aumentado las tasas de ocupación del 60% al 80% y hemos reducido hasta un 30% el costo total de operación para nuestros clientes.
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Reducir el consumo de combustibles fósiles
- Apostar por los vehículos eléctricos en la flota comercial y corporativa. Las empresas que tienen una gran flota comercial o corporativa deben considerar invertir en EV (eléctricos). No es solo una cuestión de reducción de emisiones, sino que también debe analizarse desde una perspectiva de costos. Estos vehículos generan tasas más bajas de gasto total de propiedad debido a los bajos costes de mantenimiento y menores costes de funcionamiento, gracias al ahorro en el consumo de combustibles fósiles.
- Facilitar el EV Corporate Shuttle a disposición de los trabajadores como un beneficio sostenible. Los vehículos eléctricos de transporte son una forma útil de alcanzar los objetivos corporativos de sostenibilidad, al mismo tiempo que involucran a los empleados en una cultura empresarial significativa que se comparte en toda la empresa. Agregar vehículos autónomos (AV) a la ecuación generará una oportunidad para hacer que el DRT esté disponible para los servicios de transporte colectivo. Con ello se mejora, aún más, el número de pasajeros y se reducen los gastos y la huella de CO2.
La movilidad del futuro empieza hoy
En definitiva, la apuesta por el transporte sostenible a nivel empresarial es el primer paso para la movilidad del mañana, donde el transporte colaborativo, los vehículos autónomos y la movilidad como servicio serán los ejes vertebradores. Unos ejes que las empresas deben comenzar a implementar como paso imprescindible para un mundo más sostenible y unos mejores resultados corporativos.