El trabajo flexible es un acuerdo donde las necesidades de ambas partes, empresa y trabajador, se tienen en cuenta a la hora de determinar el horario en que se desarrollará la actividad laboral, la ubicación y otras circunstancias que afectan al rendimiento.
Esta modalidad de trabajo ha adquirido gran relevancia en la actualidad y se presenta como una de las vías más deseadas y apreciadas por muchos trabajadores, que desean obtener una mayor conciliación, autonomía y bienestar.
El trabajo flexible gana relevancia dentro de las empresas. Lo que comenzó como una moda tímida, se configura hoy como la opción favorita de trabajadores y empleadores. Para los primeros, facilita la conciliación y eleva la satisfacción laboral; para los últimos, impulsa el compromiso y ayuda a retener el talento.
En España la pandemia ha actuado como catalizador, facilitando el cambio a este modelo. Según datos de BBVA, el 95 % de empleados de oficinas centrales en España, y alrededor del 30 % de sucursales, tuvieron ocasión de probar cómo es trabajar remotamente.
Pasados dos años desde su inicio, se han comprobado las ventajas de este planteamiento para el equilibrio entre la esfera personal y laboral. No cabe duda de los beneficios que este tipo de acuerdos de trabajo flexibles suponen en términos de conciliación.
Cuando los horarios de los trabajadores no son únicos y pueden personalizarse, la empresa se encuentra con la oportunidad de que puede ajustarlos y garantizar una mejor sostenibilidad en la compañía. Estas acciones generan beneficios tan destacables, que por ejemplo, ayudan a retener y atraer talento, entre otros.
Otra de las medidas que las empresas pueden tomar, es facilitar los desplazamientos. Evitar que los trabajadores tengan que coger el coche cada día, no solo mejora su bienestar, también ayuda a reducir el tráfico y las emisiones, además de unificar los traslados de los empleados hasta la oficina. De esta forma, las compañías muestran que se preocupan por las personas, pero también por el medio ambiente, mejorando así su reputación.
Los beneficios de los acuerdos de transporte bajo demanda son numerosos: menos tiempo empleado en desplazamientos, mayor seguridad y más comodidad. Además, una de las ventajas más apreciada por la plantilla es poder evitar los atascos.
La posibilidad de dejar el coche en casa, que te recojan allí mismo y te lleven al trabajo todos los días, puede parecer un lujo exclusivo para ejecutivos de élite. Sin embargo, el transporte corporativo bajo demanda existe, y es una solución totalmente factible y eficiente para facilitar y mejorar el trabajo flexible.
La necesidad es patente y los beneficios están claros, pero lo que muchas empresas se preguntan es: ¿Cómo organizar en la práctica la flexibilidad?. Una de las cuestiones que genera más dudas es la relacionada con los desplazamientos al trabajo.
Una solución de transporte es un beneficio para los empleados que se vuelve especialmente relevante en el contexto actual, en el que el precio del combustible, el estrés que genera el tráfico, o el tiempo que se invierte en ello, son factores clave a la hora de decantarse por el trabajo flexible y reducir así los desplazamientos a la oficina.
Algunas soluciones que las empresas pueden adoptar para reducir ese porcentaje son:
Algunos de los aspectos que conviene considerar a la hora de diseñar un programa de transporte bajo demanda de este tipo son:
Trabajo flexible y trabajo remoto no son lo mismo. Confundir ambos enfoques puede derivar en consecuencias negativas.
La flexibilidad se está volviendo cada vez más importante para poder conciliar la vida laboral con la personal. Existen numerosos ejemplos de su aplicación, como:
Por su parte, el trabajo remoto es un tipo de trabajo flexible, que implica que no existe necesidad de acudir a la oficina todos los días, ya que permite trabajar desde cualquier lugar. De hecho, algunos trabajadores remotos ni siquiera "conocen" físicamente a sus empleadores, debido a que se conectan con ellos digitalmente y desde cualquier parte del mundo.
Si se identifican ambos conceptos, se limita la autonomía del trabajador, puesto que la cualidad de “remoto” es solo una de las muchas facetas del trabajo flexible. Confundir uno con el otro, podría derivar en frustración, insatisfacción, pérdida de motivación y de compromiso.
Se ha demostrado que el trabajador moderno valora la autonomía sobre su horario de trabajo más que casi cualquier otra característica de la vida laboral. Cuando la empresa decide aumentarla, puede inspirarse en estos ejemplos de soluciones que guían a la hora de implementar el trabajo flexible:
Poder trabajar con autonomía mejora la motivación y compromiso de los empleados. Del mismo modo, las personas que trabajaban de manera flexible son más productivos y felices. Además de trabajar más horas y ausentarse en menor medida del puesto de trabajo, son menos propensos al agotamiento y, en general, psicológicamente más robustos.
Los cambios experimentados en los últimos meses han permitido a las empresas comprobar que la flexibilidad, lejos de suponer un riesgo para la unidad de la empresa y la cohesión del equipo, fomenta la conectividad, la colaboración y eleva el compromiso.
El trabajo flexible no es un planteamiento único, sino un recurso al que acudir para dar solución a las necesidades cambiantes de la empresa y sus trabajadores. En este sentido, conviene no solo tener en cuenta la dimensión de espacio y tiempo, sino todas las características de este modelo, que suman valor a la experiencia del equipo.
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